Guanacas envían primeros datos sobre desplazamientos en Atacama
Dos guanacas rescatadas en malas condiciones y que permanecieron en recuperación en el mini zoológico El Pretil de Copiapó, están aportando las primeras señales sobre los hábitos de desplazamiento y ocupación del territorio de la especie, gracias a la instalación de radio collares, en el contexto de un proyecto impulsado por el Servicio Agrícola y Ganadero, SAG, con el apoyo de la Universidad de La Serena.
Bautizadas como la Fernanda y la Pelusa por los encargados municipales del recinto, las ejemplares fueron evaluadas por el SAG para posteriormente ser liberadas hace pocos días en las inmediaciones de la mina de Chañarcillo, zona donde habita una manada ya conocida, a la que se espera se integren, tomando en cuenta que las hembras tienen mayores posibilidades de reinserción.
Los collares integran un sistema GPS cuyos datos envían mediante telefonía celular hasta equipos receptores. Esta información es recogida y analizada por un software específico que grafica el desplazamiento de los guanacos en un mapa territorial.
El director regional del SAG, Juan Carlos Valencia, señaló que “hasta ahora ambas ejemplares están enviando señales de su posición y recorrido, y esperamos que el trabajo con la Universidad de La Serena pueda rendir frutos y sea exitoso, de tal manera de ser un aporte al conocimiento y protección de una especie en peligro de extinción y en constate amenaza”.
Por su parte, Cristian Sotomayor, de la Unidad de Protección de la Recursos Naturales Renovables del SAG, explicó que la información que arrojan las guanacas es altamente valiosa, ya que hasta ahora se cuenta con antecedentes sobre los núcleos de camélidos en la región, pero no de sus hábitos de desplazamiento.
“En este ámbito queremos ver, entre otros aspectos, qué papel juega la alimentación en sus traslados por el territorio regional, así como los posibles efectos a su hábitat que tengan actividades industriales o carreteras”, indicó Sotomayor.
Cabe destacar, que el SAG además trabaja con la Universidad de La Serena en una iniciativa que apunta a la protección de la población de loros tricahues al sur de la región de Atacama, labor en la que también fueron instalados transmisores en aves con el propósito de seguir sus trayectorias y hábitos de desplazamiento.