Astrobióloga de la NASA: Experimentos con robots en Atacama “han sido muy exitosos”
Para Nathalie Cabrol, investigadora del Search for Extraterretrial Intelligence Institute (SETI) de la NASA, Chile es un país bastante familiar: hace 16 años que conduce experimentos en el Desierto de Atacama para poner a prueba a distintos robots construidos para explorar la superficie de Marte.
Un trabajo que partió en 1997 y que en la actualidad continúa con el Zoë, un robot de última generación que realizó una serie de pruebas durante la segunda semana de junio pasado en el desierto. “Lo único que puedo comentar es que los experimentos fueron muy exitosos”, comenta Cabrol, quien agrega que “tuvimos algunos problemas técnicos al principio que nos permitió entender mejor los requerimientos de un taladro en el rover y eso es muy importante para una futura misión a Marte”.
Zoë es un robot explorador equipado con paneles solares para obtener energía y ruedas con tracción para desplazarse por el irregular suelo del desierto. Además, cuenta con un taladro capaz de hacer hoyos de casi un metro de profundidad. “Este proyecto es definitivamente el próximo paso para la búsqueda de vida en Marte, especialmente aquella que puede estar bajo la superficie”, explica Cabrol desde California.
Zoë fue capaz de hacer excavaciones, recolectar muestras y analizarlas de forma autónoma. “Este es un paso extremadamente importante que nos permitirá buscar vida en Marte”, destaca la astrobióloga estadounidense.
Justamente sobre esta experiencia expondrá Cabrol en la Primera Conferencia Internacional de Cultura Científica de Chile, organizada por el Centro para la Comunicación de la Ciencia de la Universidad Andrés Bello.
¿Por qué la NASA escogió el Desierto de Atacama para probar sus robots exploradores? Más allá de las obvias similitudes de paisaje, Nathalie Cabrol explica que el norte chileno reúne numerosas características similares a Marte que lo convierte en un lugar “único” para la investigación asociada a la exploración del planeta rojo.
Entre las semejanzas entre ambos lugares está la morfología, la química del suelo, las variaciones térmicas y la radiación ultravioleta. “Esto convierte al desierto de Atacama en la analogía más cercana a Marte que muchos otros lugares en la tierra, por eso prefiero trabajar ahí”, explica la investigadora.