Emotiva bendición a los enfermos se celebró en el Santuario de La Candelaria
Numerosos feligreses se reunieron en el Santuario para participar de una de las celebraciones más emotivas de esta fiesta de La Candelaria, que es la bendición y unción de los enfermos.
Esta liturgia fue presidida por el Obispo, Mons. Celestino Aós, quien en su homilía llamó a no perder la fe en los momentos difíciles, “renovemos la certeza; Jesucristo dijo ‘no los dejare solos, estaré con ustedes hasta el fin del mundo’. ¿Creen ustedes que el Señor que está con nosotros cuando estamos bien, y que cuando nos fallan las fuerzas nos deja? La única certeza que tenemos es que pase lo que pase el Señor nos acompañará”, recalcó, y agregó que “después de pasar por la cruz, por la puerta de la muerte, iremos a estar siempre con el Señor glorioso y con la Virgen María”.
Al final de este encuentro el Obispo bendijo especialmente a los visitadores y cuidadores de enfermos, a los que entregó un pequeño presente en señal de agradecimiento por su servicio.
«La enfermedad también es tiempo de salvación»
La novena, como cada día, estuvo a cargo del Obispo. Mons. Celestino llamó a «renovar nuestro compromiso para procurar que tengamos buenos centros médicos, buenos especialistas, buenos hospitales, dar a nuestros enfermos la mejor calidad de vida, anquen no podamos darles la salud. Un enfermo no es un electrodoméstico o un auto que se averió, es una persona. Como tal también tiene derecho a asistencia espiritual y cuidado digno». Continuó diciendo que «la enfermedad también es tiempo de salvación, el enfermo también puede amar, ama a sus familiares, a otros enfermos, a su iglesia. Pidamos a la Virgen trabajar para que tengamos buena calidad de vida en Atacama y una buena asistencia medida e integral a las personas enfermas que cuida sus cuerpos, sus mentes y por sobre todo, de su espíritu, de su alma», concluyó.
El amor de Jesús disipa la oscuridad
Experimentar el amor de Jesús y fortalecer la fe fue el principal mensaje del P. Rodrigo Herrera, al celebrar la misa después de la novena. En su homilía, el sacerdote dijo que «cuando creemos y el amor de Jesús se hace presente, el milagro acontece». En el día dedicado a los enfermos, dijo «Invoquemos la presencia de Jesús en nuestra propia vida, para que experimentemos el amor de Jesús y se disipe toda oscuridad, sufrimiento y dolor. También oremos por quienes cuidan a los enfermos, para que ese ministerio lo hagan con amor y dedicación porque es al mismo Jesús al que consuelan y sirven», señaló.