Gobierno financiaría desaladora para evitar alza del agua en Atacama
A través de diversas autoridades el gobierno ha dado señales de que financiaría las obras para construir la planta desalinizadora de agua de mar para consumo humano que requiere la Región de Atacama.
El objetivo es evitar el impacto que tendría que la concesionaria sanitaria local, Aguas Chañar, ligada a Icafal, asuma directamente dicha inversión, pues tendría que traspasarla a tarifas, lo que se traduciríaen un alza cercana al 60% cuando la unidad comience a operar.
Fuentes de la región explican que fue el propio intendente Miguel Varas que señaló que la obra se construirá, pero no se ha explicitado cómo se financiará.
«Creemos que será tremendamente importante la decisión que se tome, en definitiva, de que sea la empresa Econsa, por la vía del Gobierno Regional, la que instale la planta desaladora», explicó hace unos días la senadora de la región, Isabel Allende.
A esto se suma que durante enero, el Ministerio de Obras Públicas tendrá definida una política de plantas desaladoras.
A nivel local aseguran que es difícil que esta inversión se asuma en un 100% con recursos del gobierno regional, porque implicaría utilizar el presupuesto de cinco años que tienen para este tipo de obras.
Esto se da en el contexto de que en octubre se terminó el proceso tarifario de Aguas Chañar.
Tras pasar por la instancia de expertos, se determinó que la tarifa tendrá un alza de 11% en Copiapó y magnitudes menores en otras zonas de la región, como Caldera, Vallenar y Chañaral.
Además, la región está pasando por un fuerte deterioro hídrico, por lo que la sanitaria no tiene otra opción que construir la desaladora, independiente de quién la financie.
El detalle del proyecto
La planta es un proyecto de larga data que ha ido tomando forma. Ahora, en diciembre dio un paso con el ingreso de la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), que se estima podría tomar 18 meses en ser tramitada favorablemente.
Según consta en el documento, la iniciativa contempla una inversión de US$ 250 millones.
Con esto, se construirá una unidad con una capacidad total de 1.200 litros por segundo, en tres etapas. Se comenzará con 450 Lts./seg.
La iniciativa ha sido parte de un trabajo conjunto con la Corporación para la Competitividad e Innovación de la Región de Atacama (CCIRA), quienes determinaron que la planta desalinizadora era la mejor alternativa para enfrentar el déficit hídrico.
De todos modos, una vez que esté aprobada la DIA se llamará a licitación para su construcción. Se cree que podría estar comenzando a operar a fines de 2017, para abastecer a la población de Caldera (mismo lugar donde se instalará la obra), Chañaral, Copiapó y Tierra Amarilla.