Hace dos semanas se inauguró el complejo habitacional «114 sueños» en el sector de Vicuña Mackenna Oriente.
En esta nueva población, una de sus calles lleva por nombre 𝐏𝐑𝐎𝐅𝐄𝐒𝐎𝐑𝐀 𝐌𝐀𝐑𝐈𝐀 𝐒𝐈𝐌𝐎𝐍 𝐆𝐎𝐍𝐙𝐀𝐋𝐄𝐙 , a quien se le rinde un justo homenaje por su destacada trayectoria como docente.
Esta es la historia de quien, además, se hiciera conocida luego de recibir el Milagro de San Charbel, el santo libanés que la curó de una agresiva fibrosis quística.
𝐌𝐚𝐫𝐢́𝐚 𝐇𝐚𝐬𝐬𝐢𝐛𝐚 𝐒𝐢𝐦𝐨́𝐧 𝐆𝐨𝐧𝐳𝐚́𝐥𝐞𝐳, nació un 11 de Diciembre de 1950. en la vecina ciudad de Vallenar. A los dos años de vida llego a Freirina donde su padre Tufic Simón Haddad se hizo cargo de un local comercial en Calle Prat, al fallecer su Abuelo Antonio Simón Siahun.
Sus primeros estudios los cursó en la Escuela de niñas N°2 . Su maestra fue en toda la enseñanza primaria la destacada profesora Hortencia Campos de Araya. Más tarde ella ejerció su profesión de profesora con mención en Castellano. Se graduó en la Universidad de Atacama logrando la primera licencia de su generación.
Creadora innata, siempre innovando, mediante espectaculares presentaciones con sus queridos alumnos, inspirándolos a indagar con sus familiares las tradiciones orales, mitos y leyendas. Escribiendo con sus pequeños alumnos «Me lo contaron mis Abuelos», además de la creación de bellos poemas «Rimas a mi pueblo».
En paralelo a su profesión, como hija de libanés también incursionó en el comercio. Siempre fue muy querida por sus colegas y apoderados. Las calles de Freirina la vieron caminar siempre sonriente. Acompañada de sus hermanas Perla y Patricia. Con su bolso desde el colegio a su casa en la población Roberto Callejas.
Sus sueños la llevaron a viajar a varios destinos América del sur, Estados Unidos y México. también a Europa, viaje que hizo con su pequeña sobrina «Leyla».
Su vida cambio de bruces, al padecer una incurable enfermedad, pero Dios padre quiso en ella dar un mensaje de fe al darle otra oportunidad de la mano de un desconocido santo de la tierra de sus ancestros. El dedo de Dios la tocó y durante un año fue testimonio de Fe.
Hoy Freirina la recuerda con el nombre de una calle, pero sobre todo en la memoria histórica de toda mujer freirinense que siempre es digno de destacar.